Memorias Del foro de Pedagogía De La Paz Y Cultura Ciudadana

Memorias foro virtual pedagogía de la paz y cultura ciudadana

El foro fue moderado por Daniel Marmolejo consultor académico de Santillana y el experto invitado fue Eduardo Gómez, quien es antropólogo y aspirante al título de doctor en estudios culturales de la Universidad de la Plata Argentina. Ha trabajado como investigador en temas relacionados con la transformación de la identidad de las víctimas del conflicto interno armado en Colombia en relación con diferentes entidades religiosas que hacen presencia en las zonas de recepción, y así mismo ha trabajado las relaciones de las víctimas con el estado desde la ley de victimas 1448 del 2011.

Se presentaron tres ejes temáticos a seguir:

1. Comunidad escolar pedagogía de la paz para la resolución pacífica de conflictos y la cultura ciudadana: los retos para profesores, padres de familia y la comunidad estudiantil.
2. El conflicto interno armado
3. Medios de comunicación y su influencia para la paz.

La actividad empieza con la proyección de un video en el que un padre de familia se graba dirigiéndose al colegio donde estudia su hijo. En el video el padre de familia narra cómo su hijo víctima de algún tipo de violencia escolar es aconsejado por él para dar respuesta violenta ante el asedio. De forma que su hijo golpea al agresor. La justificación del padre es que en el colegio no atendieron las quejas del niño había dado con anterioridad.

A partir de este video Eduardo genera un marco de referencia que permiten hablar de violencia escolar y las relaciones de la misma con la cultura de violencia, ilegalidad y otras costumbres que marcan claramente el deterioro social de los ambientes escolares, y en últimas del país.

Eduardo propone pensar en varios temas:

Cómo los colegios tienen un protocolo para proceder ante estas acciones y cómo estos no son efectivos, ya que los niños tienen otros procedimientos, una “forma de arreglar” que es acudiendo a esa violencia culturalmente instaurada.

Un tema de fondo tiene que ver con la idea de justicia, ¿de qué sirve los procedimientos si al final los victimarios son liberados? Esto sirve para ver cómo la escuela es un escenario para resolver a bien o mal estos casos.

Acto seguido a la reflexión introductoria, proceden a resolverse las preguntas a continuación:

1. ¿cómo hacer de la pedagogía de la paz una creación colectiva que acerque a las subjetividades de las instituciones? Y en este sentido, ¿cómo integrar a otros como padres de familia a estos procesos? La construcción de la identidad emerge de las percepciones que cada uno tiene del mundo, es decir de la subjetividades, y de las objetividades, que son las cosas que se perciben como invariantes. A partir de las relaciones de subjetividades entre los colectivos es que se puede empezar a pensar de la pedagogía de paz. La opinión sobre el otro dirige las acciones con el otro, si yo pienso que el otro no es confiable, seguramente no le creo a las personas y de esa forma reacciono de forma violenta ante las mismas.
Un ejemplo de lo anterior es el comportamiento en Bogotá de las personas al interior del sistema masivo de transporte, donde la desconfianza es regla (robos, asedios sexuales) y los conflictos se resuelven de forma casi siempre violenta, esto es igualmente masivo pues se replica en los medios de comunicación.

2. Los maestros manifiestan que están en busca de herramientas de actividades para una pedagogía de la paz. Hay varias cosas por hacer; una de ellas desde la cultura ciudadana se da prioridad a la lúdica, pues esta aterriza las acciones pedagógicas, a pesar de los asuntos de tiempo y espacio que los maestros debemos enfrentar. Eduardo propone que se dé la opción de ponerse en el lugar del otro, de forma que se puedan relacionar las personas de una manera diferente como ocurre en el teatro, ya que este permite una relación con el cuerpo propio y de los demás.
Lo físico como espacio de exploración, la interacción, tocar al otro… eso genera el entendimiento sobre tocar como una acción inherente al hombre.
Está problemática obedece a que no estamos acostumbrados a ver el cuerpo, a tocar el cuerpo. Este es un terreno en el que también debemos atraer a los padres, hacer escuela, el teatro es todo un espacio para lograr formas de relación mucho más física. Esto permite el entendimiento sobre las capacidades propias y del otro.

3. Involucrando en la discusión a lo que se vive en muchas escuelas. ¿qué tan necesario encuentra la instalación de cámaras de seguridad al interior de las escuelas?
La seguridad ha sido aprendida a partir de los medios de comunicación y de los diferentes gobiernos. Estos aparatos se han vuelto protagonistas en asuntos de seguridad, de modo que se entiende la instalación de las mismas como una garantía para que no ocurran delitos.
Desde cultura ciudadana se propone que la instalación de más cámaras no va a producir el efecto de seguridad deseada. Pues desde la escuela se debe confiar en los valores que los jóvenes pueden construir. El estudiante se va a comportar bien con o sin cámara, pues responde a un sistema que desde siempre le ha dado herramientas para actuar y decidir conscientemente de las repercusiones de sus actos.
El miedo está asociado a las cámaras de seguridad, pues no hay un ejercicio, una construcción por convencer a la gente que se vive mejor sin violentar al otro. Se debe regular con amor más que con miedo. Por eso la regulación debe partir de la idea propia de comportarse bien, esto mediante acciones pedagógicas contundentes.

4. ¿qué podemos esperar los docentes frente a trabajar con una cultura de paz teniendo en cuenta que es muy poco el espacio para que el maestro pueda cambiar la vida sus estudiantes, y más cuando tradicionalmente nuestros gobiernos han sido guerreritas?
La escuela es un espacio de paz, pero no es el único, también está la localidad, el barrio, la manera cómo se viven los espectáculos, por ejemplo el futbol. En muchos lugares es importante que la cultura de paz entre.
Por el momento la escuela es el nodo inicial para trabajar, a pesar que muchas veces estamos los maestros condicionados mentalmente a situaciones inamovibles, por ejemplo la cultura de no dar papaya, del vivo vive del bobo. Para eso es necesario trabajar la confianza.

5. ¿cómo trabajar confianza?
Trabajar en equipo, que la gente se sienta orgullosa de trabajar, de su proyecto. Para eso es necesario responsabilizar a los estudiantes, empoderar a las personas para vencer sus miedos. En muchos casos la agresividad está ligada a la timidez a la baja autoestima, al miedo a la exposición.
De nuevo acudimos al teatro como dinamizador, como innovación, para ello el maestro debe ser un explorador de herramientas desde todas las áreas de conocimiento.
Además, a esas clases innovadoras se debe invitar a padres de familia, estudiantes, administrativos, se debe ampliar incluso a los vecino del colegio, a la señora de la tienda, a todas las personas que hacen parte de toda la comunidad ampliada, para que este colectivo sea el colchón de seguridad de los estudiantes.

6. Pasamos a debatir el tema de diálogos de paz. ¿cómo entender la inclusión de las víctimas y victimarios dado se llegue un acuerdo?
La coyuntura histórica que pasamos en la que divisa un silenciamiento de fusiles no implica que este proceso permita una paz automática. Realmente este proceso solo podría marcar el comienzo de una cultura de paz, ya que entre el conflicto armado y la reproducción de violencia que nosotros hacemos, hace que no exista una cultura de paz.
La escuela es donde se deben construir los peldaños para una cultura de paz. Esto a pesar de que la escuela es responsabilizada de muchas cosas y en realidad son pocas las garantías que pueden soportar ese trabajo.
Una respuesta es que la cultura de paz debe tener prioridad. Se propone examinar el trato entre actores sociales, de modo que se busque que las personas piensen mejor de los otros. Y esto tiene que ver con la forma como el profesor trata a sus estudiantes, si usted como profesor permite participar a sus estudiantes, si usted permite la risa… seguramente usted si es un constructor de paz, de esa forma se pueden ir instalando automáticamente las actitudes y las acciones para la paz.
El ejemplo es un camino, la democratización de la clase, darle vos a los estudiantes, ya que es muy posible para el profesor acompañar a sus estudiantes para conseguir que sus estos tomen decisiones responsables para sí y lo demás, y que esto se proyecte a la democracia, a la ciudadanía.

7. ¿Qué podemos hacer los docentes para capacitarnos en ciudadanía, en inclusión, cómo entrenarnos…? Hablar del conflicto en algunos lugares es muy complicado, pues existen muchos riesgos al nombrar pasado reciente…tenemos profesores que se vuelven objetivos militares.
No necesariamente se puede hablar del tema abiertamente, en donde se pueda si se tenemos que hablar directa y abiertamente, pero en otras regiones no se puede. Sin embargo si debe tenerse el ejemplo del profesor como alguien que no es para nada violento.
El aula de clase es un laboratorio donde los jóvenes experimentan a embarrarla, a hablar de todo, espacios para hablar de problemas, de qué los genera.
El tema tiene que ver con la convivencia en la escuela, la centralidad de la escuela que imparte, que no deja pensar a las personas…es una escuela que coarta, que roba a los estudiantes su oportunidades confiar y en esa medida de ser confiable.

8. Pongámonos en el lugar de una escuela en la que sí se puede hablar del conflicto, en la que se puede debatir a partir de información como cifras, motivos de ataques, de levantamientos… ¿qué le dice al maestro de primaria que debe ejercer la catedra de paz?
Considero que el profesor de primaria tiene una ventaja enorme con el resto de profesores, pues su formación es contundentemente amplia, su capacidad didáctica le permite ponerse a jugar, a desarrollar elementos didácticos.
Por eso pienso que no hay problema en abarcar temas como violencia reciente o pasado reciente.
No se trata de hablar de masacres, pues esto se debe hablar en cursos mayores, pero si hablar de confrontaciones, por ejemplo un niño de primaria debería poder saber qué es lo que se negocia en la Habana, quiénes son las Farc.
Pues este proceso va impactar directamente en su vida, y los efectos directos de la negociación de la Habana los van a vivir en su adolescencia, en su adultez, sino conoce el proceso no va a tener un compromiso.
Los niños deberían volverse lo veceros principales para que los adultos conozcan qué pasa allá, no se trata de promover los diálogos, defensores, no, se trata de dar argumentos y de ponerse a pensar, pues un niño de 7 a 10 años tiene toda la capacidad de reflexión, esto a partir de juegos, de exploraciones en internet, implementar su experiencia de vida. Acceder a la caja viajera del Centro Nacional de Memoria Histórica, pues esta herramienta tiene una serie de didácticas para dirigir estas didácticas.
Otra herramienta es la cartilla del Banco de la Republica “Los niños piensan la paz”, que se constituye en un plan lector y un taller que permite trabajar con chiquitines este tema.

9. Es importante que los maestros y estudiantes se formen un criterio, pero los medios de comunicación como constructores de opinión son, de acuerdo a las intervenciones de los maestros, uno de los reproductores de esta cultura de violencia de la que venimos hablando…
Los medios tienen un lugar preponderante para hacer entender y enterarse del conflicto la televisión forma más criterios que la escuela, eso es una realidad.
Esto está influenciado por noticieros, las narconovelas y otras estéticas reproducidas en la televisión y el internet que no solo forman a los jóvenes sino también a adultos.
Por eso hay que pensar en cómo discutir con los medios, no se trata hablar de solo manipulación, ya que esto implica que los jóvenes no pueden pensar, lo que hay es poca información, de modo que es importante discutir, en casa, en diferentes escenarios.
Se dice que en casa y en la mesa no se habla de religión ni de política, esto obedece a una conformación histórica de liberales y conservadores, esto suprimió estos temas, pero es hora de reimplantarlos. La escuela tiene la potestad de invitar a todas hablar de política, y esto más allá del contexto electoral.
Es importante que los niños escuchen a sus padres, sus opiniones, que esto no irrumpa la convivencia, que la opinión sea con todos los medios posibles.
Podemos trabajar novelas, no se trata de prohibir, se trata de leer críticamente los programas, trabajar novelas nos permite explorara historia reciente, se trata de reconocer que los jóvenes escudriñan información en las redes, en diferentes fuentes, y que desde la escuela debemos darles herramientas para que su lectura sea critica, que entiendan por ejemplo que esas narconovelas son en parte historia y en otro ficción.
Se debe animar a mirar, a controvertir, a participar. De esta forma se puede exigir a los medios, se más críticos.