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Las familias y el mundo virtual

La vida de las familias ha cambiado. Hay nuevos modelos, familias mixtas, y los roles materno y paterno han evolucionado respecto del rol tradicional. Sin embargo, los valores y los primeros aprendizajes se siguen desarrollando en el núcleo familiar y se afianzan allí. Los cambios culturales han actuado como desafíos en la vida familiar.

Los padres enfrentan dificultades acerca de cómo mantener su autoridad, en una sociedad y en una cultura que otorgan más espacio a los niños.

El abogado y docente estadounidense James Pearson Steyer es autor de Talking Back To Facebook, en el que propone una guía sencilla para que las familias puedan involucrarse cada vez más con la actividad de los hijos en Internet, utilizando lo que ya saben. “En esta era digital, estamos realizando el mayor experimento del mundo con nuestros hijos y no sabemos qué efecto tendrá esto a largo plazo en lo social, lo emocional y lo cognitivo” –comenta Steyer.

En Talking Back este profesor de educación primaria utiliza la sigla RAP para denominar los tres problemas que considera más relevantes para afrontar la crianza de un hijo en la Era Digital.

La R alude a las relaciones que establecen los padres con sus hijos y con el resto de los usuarios de la red.
La A hace referencia a la atención que le dedican los más pequeños a Internet, a las redes sociales y a los dispositivos tecnológicos, así como a la adicción que les genera.
La letra P corresponde a la falta de privacidad y al riesgo que corren los niños que están continuamente on line.

“Un mayor uso de los medios digitales y sociales puede afectar la vida de un niño en esos tres ámbitos (RAP). Los estudios muestran que los jóvenes, por ejemplo, sienten una mayor inseguridad y ansiedad social en un mundo donde la mensajería de texto y las publicaciones en un muro virtual se han convertido en plataformas adecuadas para las confesiones personales, las rupturas, la ira y los celos” –explica Steyer.

Los jóvenes han dejado de ser simples espectadores de algunas decisiones de sus padres, para pasar a ser individuos informados, en general con rasgos ecologistas, que manifiestan una actitud más crítica a la hora de influenciar en la toma de decisiones familiares, como, por ejemplo, la compra de equipos tecnológicos. Sin duda, este cambio es fruto de la influencia que ejercen los medios masivos de comunicación, las herramientas tecnológicas y los grupos de pertenencia y referencia.

En los juegos, en las comunicaciones, en el aprendizaje, las nuevas generaciones utilizan nuevos formatos, dispositivos enriquecidos, multimediales, en contraposición a las experiencias de las generaciones anteriores. Esta situación impone a los adultos un desafío, que consiste en entender, acompañar y guiar en estos nuevos escenarios, cuyos riesgos son –en definitiva– similares a aquellos a los que estaban expuestas las generaciones anteriores.

La tarea escolar requiere que las familias sepan buscar efectivamente en Internet y que puedan reconocer qué páginas web son aptas en el plano educativo; es decir, cuáles presentan un lenguaje adecuado para el niño, libre de inclinaciones políticas o religiosas, entre otros parámetros que se deben tener en cuenta.

Para los niños –y aun para muchos adultos– la información que se encuentra en Internet es veraz. Buscan la información en Google, en Wikipedia, y solo dudan en contadas ocasiones. Es imprescindible generar en ellos pensamiento crítico, educándolos para validar los contenidos de las páginas web. Según la empresa de seguridad digital McAfee, el 70% de los jóvenes estadounidenses engañan cada vez más a sus padres acerca de adónde van y de qué hacen on line. Sin duda, esta realidad puede replicarse en Colombia. Es por eso que crecer junto a los hijos en esta Era Digital se hace absolutamente necesario.