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¿Cómo no caer en la rutina y aprovechar el tiempo libre?

Este riesgo está presente en las familias que año tras año visitan los mismos lugares, frecuentan a las mismas personas y realizan las mismas actividades durante su tiempo de ocio.

Hay familias también en las cuales los niños no conocen la diferencia entre las actividades obligatorias y las no obligatorias pues, aun las que realizan en su tiempo libre, son obligatorias: clases de música, modelaje, gimnasia, patinaje, natación, fútbol, etc. Como resultado, es común que cuando lleguen a ser adolescentes prefieran sus propios planes a los de la familia.

Es cierto que se requiere cierta regularidad para adquirir disciplina, aprender hábitos (como cepillarse los dientes o ayudar en las labores del hogar) y prácticas como las artes y los deportes. Pero este no debe ser el único propósito de todo lo que hagamos en nuestros períodos de ocio. Bien reza el dicho de que “en la variedad está el placer”.

Debemos atender las ideas y deseos de los niños y otros miembros de la familia y no ser obstinados en seguir el mismo plan.