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Errores frecuentes a la hora de organizar el tiempo libre

Si bien es fundamental gestionar el tiempo, no podemos confundir esto con una programación rígida e inflexible de nuestras actividades de esparcimiento y descanso. Todo exceso es perjudicial, decimos con frecuencia.

El caso de nuestros hijos, una planificación ajustada seguramente les permitirá realizar muchas actividades; sin embargo, con eso no les enseñaremos a administrar su tiempo. Si lo que queremos es que desarrollen valores, hay que permitirles tomar decisiones, poner a prueba su libertad. Prohibirles el juego espontáneo o privarles de compartir con sus amigos solo hará que, cuando sean mayores, se nieguen el derecho natural a divertirse y se conviertan en personas hurañas, introvertidas, con dificultades para gozar de la vida; o en el mejor de los casos, serán presa fácil del consumismo.

La planeación y organización de nuestro tiempo de ocio y el de nuestra familia debe servirnos para hacerlo más placentero y gratificante, disminuir los riesgos y mejorar su calidad, no para que se nos convierta en una camisa de fuerza y nos quite la paz. Debemos contemplar la posibilidad de que haya cambios de planes en algún momento o la necesidad de improvisar en ciertas circunstancias, sin que ello nos angustie ni afecte la armonía familiar.

¿Cómo se decide en tu hogar a dónde y cómo ir de vacaciones familiares?
¿Qué sucede cuando deben cambiar de planes en el último momento?