Page 82 - Lecturas sobre lecturas
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tico de nuestros estudiantes y es seguro que esas dificultades existen. Lo que digo es que el camino hacia el mejoramiento no se construye a partir de la relación pedagógica que se de- fine desde la pura negatividad. No es proyectando sobre el propio sujeto una carga de ad- vertencias y frustraciones que los sujetos podrán salir adelan- te. Es más, es muy probable que si flexibilizamos en algo los parámetros a partir de los cuales evaluamos advirtamos que junto a aquellos datos ob- jetivos que advierten sobre los déficits lingüísticos de nues- tros estudiantes, se presenten otros datos, otras evidencias u otros datos no tan eviden- tes que den cuenta de lo que el filósofo francés Michel de Certeau llamaría otros “modos de hacer”, otras prácticas que corren por cuenta de los suje- tos, que acaso aparezcan como imperceptibles para la escuela, porque la escuela ha decidido
que es lo que quiere ver, que es eso que está evaluando, pero no advierte sobre otras posibilidades de lectura, de interpretación que los suje- tos están poniendo en juego. Unas ciertas “lectios”, según el autor, o modos particulares de construir significado, unas ciertas “apropiaciones”, diría el historiador Roger Chartier, o lecturas en clave cultural que acaso excedan el campo de significaciones esperadas por la escuela.
Pero esos sujetos que están ahí, cada día de la rutina esco-


































































































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