Page 80 - Lecturas sobre lecturas
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educador habrán de renun- ciar.
Reconocer al otro como un su- jeto que está no solo aprendien- do sino forjándose un destino supone reconocerlo como en su identidad: quién es el otro, comprendido en la singulari- dad de su historia familiar, so- cial, cultural y podríamos decir lingüística, supone un reto al educador que evitará las gene- ralizaciones acaso típicamente escolares, “los niños de la sala de 5 que son revoltosos”, “los
niños de 11 que están desaten- tos en clase”, “los adolescentes que no se interesan por la lec- tura” o “los adultos mayores que ya no están en condiciones de seguir aprendiendo”.
En cada uno de estos enuncia- dos hay encerrado un juicio injusto, hay –diría- una senten- cia de la que puede no haber retorno. De algunas sentencias no se vuelve. Y otro a vez, la opción de educar, el valor de hacerlo que es no obturar, no decretar sin más que toda ac-


































































































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