Page 109 - Lecturas sobre lecturas
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blica se constituye en garante de la circulación de ciertos conte- nidos culturales, de que chicos de cualquier condición social puedan ponerse en contacto con aquellos objetos que quizá no formen parte de su experiencia cotidiana en el hogar, en el ba- rrio, entre otros adultos. Y aquí es donde se presenta un doble desafío que yo llamaría pedagó-
gico y cultural.
Pedagógico porque urge revisar ese currículo tecnocrático que nos dejaron de herencia los con- tenidos decididos en los años ‘90, en el que lo que cuentan son ha- bilidades y competencias medi- bles y evaluables y donde el texto
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literario es un discurso social en todo caso demasiado sofisticado, casi suntuoso en el contexto de nuestras escuelas pobres.
Cultural, porque ese es el efec- to inmediato de lo anterior: lo que el programa pedagógico de la escuela no incluye pierde peso y significado cultural para los que tienen a la escuela como referente máximo y visible del contacto con ciertas dimensio- nes de lo cultural. Si en la vida cotidiana está la televisión o el cibercafé, la escuela con su


































































































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