Page 117 - Lecturas sobre lecturas

culturales, como la televisión, el cine o la música, significados de la vida cotidiana entre pares, etc. que se resignificaban aportando significados para la lectura de los textos propuestos por los maes- tros.
En estas y en otras investigacio- nes y experiencias se parte de un trabajo de recolección y análi- sis de la empiria; es decir, de un registro minucioso de escenas de lectura en las que se estable- ce un diálogo y una escucha, y es en este intercambio donde se produce la práctica de lectura y este nuevo conocimiento sobre la práctica de lectura. Lo intere- sante en los ejemplos anteriores es que docentes, maestros y pro-
fesores, lo que intervienen en las escenas de lectura, lo que guían las discusiones, los que toman los registros. Este conocimiento sobre la lectura se construye en el escenario de la práctica de en- señanza y por los propios actores de la práctica. De hecho también los niños y jóvenes reafirman sus modos de leer en los enunciados que producen y muestran que son capaces de producir, incluso, enunciados metaficcionales, de tipo teórico, referidos a los me- canismos de producción de los textos o a la propia práctica de lectura como experiencia perso- nal, social e institucional.
Algo de esto se ve en el caso de Lidia, una maestra y biblioteca-
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