Page 16 - Lecturas sobre lecturas
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para el placer.
La relación con la literatura, el
“rito de la iniciación”,
ha sido una preocupación constante de los pedagogos de la modernidad; se liga desde el principio con la nece- sidad de la
alfabetización y con la inserción del ciudadano en la democracia. En el es- pacio de la máxima homogeneidad, del pie de igualdad entre los discur- sos, la literatura perdió su distinción, se borró su especificidad. Un argu- mento aparentemente democratizador acabó con ella: la de formar a los ciu- dadanos en las competencias lingüís- ticas que necesitarán para su vida en sociedad.
Mientras tanto la literatura, no enten- dida como la medida del buen decir ni como un bien suntuario burgués, se presenta como una práctica estéti- co-discursiva que pone en juego los
más intensos desafíos para la com- prensión. En la clase de literatura -recuerdo quinto año- era posible desentrañar la compleja trama de semas entrecruzados que daba lu- gar a una metáfora, que era algo más que una comparación sin nexo, era posible deglutir el tedioso ensa- yo Historia de una pasión argen- tina de Eduardo Mallea convenci- dos de que eso era fundamental e insoslayable, era posible visualizar las relaciones entre las prácticas ar- tísticas, sociales y políticas al leer El matadero de Echeverría o sólo algunos capítulos del Facundo. La lectura de la adolescencia en la es- cuela incluía estos desafíos. Desa-


































































































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