Page 74 - Lecturas sobre lecturas

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turales que parecen descentrar la atención de la otrora escena ex- clusiva y altamente valorada de la lectura de textos impresos y, más específicamente, de libros. La relación con los libros, por sobre cualquier otro tipo de obje- to, habrán de reconocer la máxi- ma jerarquía como marca de la experiencia de la escolarización. Y en este sentido, la historia de la escuela cuenta sobre el asedio que esta cultura escrita ha veni- do sufriendo desde lejanos tiem- pos: desde las viejas historietas y fotonovelas de bajísima calidad a las que los sectores populares podían acceder y lo hacían con
entusiasmo, hasta la presencia de la televisión como consumo ma- sivo distractor de los tiempos de la lectura, a la inevitablemente omnipresente cultura digital que parece ponernos frente a un ene- migo ya imposible de derrotar. La tensión es doble, por un lado, la de este nuevo sujeto que habita la escuela, el de la obligatoriedad y de los derechos a la educación ampliados y por otro, el de los cambios en las tecnologías y los nuevos modos de circulación del conocimiento en la sociedad y en