Es importante no solo conocer o identificar si nuestro hijo está sufriendo acoso escolar sino ser capaces de determinar si es o se está convirtiendo en acosador, pues en este caso también se requiere de ayuda.
Las siguientes son algunas de las características e indicadores más frecuentes de los victimarios o agresores, según como lo describe la doctora Coloso en su libro The bully, the bullied and bystander:
Con frecuencia, los victimarios son más niños que niñas, ya que ellos se caracterizan por poseer un más alto grado de autonomía y asertividad en comparación con ellas. Suelen ser extrovertidos y despreocupados por los sentimientos de los demás, y cuentan con poca capacidad de empatía y una baja tolerancia a la frustración. El victimario siempre goza de popularidad ante sus compañeros y tiene un temperamento agresivo e impulsivo, con una gran predisposición a culpar a los demás y a justificar sus comportamientos hostiles. En sus familias predomina una rígida organización de roles, con escaso control de sus miembros y con mínima supervisión del comportamiento de los hijos. En ellas, las relaciones suelen ser muy conflictivas y hay poca autocrítica.
Este tipo de niños o jóvenes requieren una normatividad clara y consistente, es decir, normas en el hogar, la escuela y en la sociedad. Los escolares agresivos necesitan ser escuchados, ya que ellos adquieren estas conductas debido a que están recibiendo agresión o la recibieron en algún momento de sus vidas.