El verdadero ocio busca ante todo la satisfacción y el desarrollo personal. Por esto se relaciona con la acción de potenciar capacidades humanas; el ser humano en su totalidad.
• El tiempo libre es una oportunidad propicia para descubrir, encausar y moldear la vocación de nuestros hijos. Se trata de permitir que nuestros niños configuren sus gustos, preferencias y aficiones desde los primeros años bajo nuestra orientación.
• Cuando llegan a ser adolescentes, debemos ampliar su margen de autonomía, de modo que aprendan a actuar libres pero con responsabilidad y sensibilidad social, estética y ambiental. Por eso es pertinente motivarlos y apoyarlos a participar, por ejemplo, en actividades voluntarias o en obras de solidaridad o cuidado del entorno.
Compartan aficiones y pasatiempos
Los pasatiempos y aficiones ofrecen una oportunidad sin par para compartir y crecer con tu familia. Si tu hijo tiene un hobby especial como la fotografía, las artes y las artesanías, colección de juegos, películas, monedas, camisetas, en fin, debes aprovecharlo como un pretexto para compartir con él, aprender de él y con él, conocerlo a fondo, moldear su personalidad.
De la misma manera, tus aficiones pueden convertirse en la pasión de tus hijos. Desde pequeños, llévalos a visitar una feria de artesanías, antigüedades o mercado de pulgas, o a los lugares donde habitualmente vas para alimentar tu pasatiempo o hobby.
Compartan tiempo productivamente
Aunque podemos relacionarlo con momentos de total quietud y relajación, el ocio no significa estar desocupado e inactivo permanentemente, tampoco es sinónimo de vagancia e improductividad. Por el contrario, se reconoce ampliamente que es el tiempo en que solemos ser más productivos y creativos, en la medida que es un tiempo en el que hacemos lo que nos gusta, lo que nos produce goce y satisfacción.