1. Trata de que tus hijos no se queden en casa mucho tiempo, dedicados solo a jugar con dispositivos tecnológicos o mirando la televisión. Para ello, asegúrate de que salgan a jugar a una zona verde o parque cercano, o que participen en actividades lúdicas y culturales que escojan previamente.
2. Si tus hijos tienen menos de cuatro años, sería importante que, en sus vacaciones, les permitieras disfrutar de actividades que contribuyan a su desarrollo motriz y sensorial. Propíciales la interacción con la naturaleza, ir a nadar, jugar al aire libre en un parque o zona verde.
3. Si son niños que tienen cuatro o más años, aliéntalos a participar en actividades como un juego de roles, ir a ver un espectáculo musical, un circo o una obra de títeres; asistir a un taller de modelado en arcilla o plastilina; ir a una biblioteca donde pueda explorar y disfrutar la lectura y los libros a su gusto.
4. Si son niños de seis años o más, puedes estimular su participación en actividades que desarrollen su pensamiento abstracto, por ejemplo, los talleres para aprender a tocar un instrumento musical, bailar, actuar, etc.
5. Si tienes hijos e edad adolescente, solo pregúntales acerca de sus actividades favoritas o lo que preferirían aprender, anímalos y colabórales en lo que necesiten para participar en ellas, y desde luego de acuerdo con tu presupuesto. Verifica que sean actividades que de verdad ellos disfruten y que no los pongan en riesgo.
6. Estimula las habilidades interpersonales de tus hijos apoyándolos para que participen en actividades de carácter social como ir a una fiesta infantil o un campamento, o ser parte de un grupo artístico, cultural o solidario.
Lo más importante, y aunque estés laborando mientras tus hijos están en vacaciones, haz todo lo que sea necesario para pasar el mayor tiempo posible con ellos.