El concepto de evaluación ha variado enormemente a lo largo del tiempo. La investigación actual ha dado evidencia contundente de cuán importante es replantearse la manera de concebirla, así como de implementarla en el aula. En este artículo se revisarán los conceptos de evaluación que han marcado la formación docente en los últimos 60 años y sus diferentes alcances en la manera de enseñar, evaluar y su impacto sobre el aprendizaje.
El concepto de evaluación: una evolución orientada al aprendizaje Todos hemos vivido, disfrutado o incluso sufrido procesos de evaluación que reportan nuestro desempeño: la escuela, la universidad y el ámbito laboral son ejemplos de aquello. Y los que hemos elegido la docencia como ejercicio profesional sabemos cuán importante es establecer los logros de nuestros estudiantes, lo que se consigue a través del diseño e implementación de diferentes procedimientos evaluativos, algunos utilizados antes de la enseñanza (función diagnóstica de la evaluación), otros durante el proceso (función formativa) y al término del proceso E-A (función sumativa).
Estas funciones evidencian una característica esencial de la evaluación: es un proceso continuo, que recoge información consistente respecto de nuestros estudiantes, que permite emitir juicios que se orientan a mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Sin embargo, no basta saber que la evaluación de los aprendizajes es un proceso permanente y continuo para tener efectos positivos sobre el aprendizaje. Por ejemplo, si el foco de la evaluación está puesto en seleccionar estudiantes, los de alto rendimiento versus los de bajo rendimiento, como ocurre en niveles de enseñanza superior, es claro que la esencia del proceso evaluativo no está centrado en lograr aprendizajes de todos sus alumnos; es bastante probable que usando este concepto de evaluación obtendríamos siempre los mismos resultados, esto es, la curva de Gausse: muy pocos estudiantes obtienen desempeños muy bajos; la mayoría de los estudiantes logran resultados en torno al promedio y muy pocos alcanzan los puntajes más altos. Este modelo, claramente asociado al paradigma Psicométrico, tiene alta correlación con dos conceptos de evaluación que han dominado la formación inicial de profesores desde principios del siglo XX y hasta nuestros días: evaluación como juicio de experto y evaluación como medición.
Escrito por: Rodolfo Hidalgo Caprile Edición 2 Revista Ruta Maestra Ver artículo completo